lo cual resultó en una solución rojo rubí. Como no sabía qué había obtenido, sometió el líquido a diversas pruebas. Al verlo a contraluz percibió una opacidad azulosa, al añadir sales alcanzó un punto en el cual el color rubí cambiaba a azul y producía un precipitado; finalmente, al preparar la solución rubí en presencia de gelatina, encontró que la cantidad de sal que producía el cambio a azul ahora era insuficiente. En parte gracias a estos resultados, concluyó (correctamente) que se había producido Au0muy finamente dividido, lo cual también es una indicación del genio químico de Faraday. En términos modernos, diríamos que Faraday produjo un sol de Au. Los resultados de Faraday ilustran varias de las más importantes propiedades de los coloides:
Hay que mencionar que, por extraño que parezca, Faraday no estudió el efecto de una corriente eléctrica sobre su sol de Au rojo. Podemos entenderlo recordando que los experimentos eléctricos de Faraday no comenzarían sino hasta algunos años después.
Para que un coloide exista como tal, debe existir una fuerza de repulsión que mantenga a las partículas que lo forman alejadas unas de otras, de otro modo terminarían por formar una dispersión gruesa que precipitaría. En general, la fuerza repulsiva es de índole electrostática: prácticamente todos los coloides tienen una capa de iones adsorbidos sobre la superficie de la partícula (conocida como la doble capa eléctrica) la cual pone una barrera a la agregación por la repulsión electrostática de las capas de iones.
Encargado de la página: Dr. Víctor Manuel Rosas García.
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Facultad de Ciencias Químicas
Universidad Autónoma de Nuevo León
San Nicolás de los Garza, NL, México.